El sábado pasado realizamos un viaje por la costa de Vizcaya que resultó muy interesante. A primera hora el tiempo amenazaba precipitaciones al salir de Burgos, en lo que en principio se presentaba como un día gris. Sin embargo, a medida que nos fuimos acercando a la costa, el cielo fue despejándose, hasta mostrarnos un sol intermitente que sin ser radiante si que invitaba al optimismo. El primer pueblo que visitamos fue Bakio, donde nos informaron de los parajes más atractivos de la zona para visitar. Desde allí, nos desplazamos a un mirador-restaurante, que es conocido en la zona por su extraordinaria gastronomía, algo que pudimos comprobar en seguida, pues nos llamó la atención la enorme montaña de descomunales pinchos que se apilaba sobre el mostrador, en una deliciosa visión por la variedad de colorido y de materias primas que se presentaba ante nosotros, atrayéndonos a las horas del almuerzo, como atraen a las abejas los colores de las flores. No pudimos resistir la tentación, y nos pusimos a degustar tan ricos manjares bien regados con sus respectivas cervezas y bebidas, convenientemente sentados en rústicos asientos y refugiados al frescor de los jardines del local. Las vistas desde el mirador del restaurante, eran de las que cortan la respiración, por la espectacularidad de los abruptos roquedales marinos, donde van a golpear de manera inmisericorde las regulares y espumosas olas, que dibujan un llamativo halo de blanca espuma, que contrasta con el intenso azul más cercano al añil, del resto del mar. Nos quedamos como embobados contemplando tan profunda belleza, en un instante que parece congelarse en el tiempo por lo abrumador del paisaje. Con el espíritu hinchado de felicidad, nos disponemos a coger el camino que conduce hasta el santuario de San Juan de Gaztelugatxe, que se encuentra en un sobresaliente roquedo unido por un diminuto itsmo al resto de la costa. El camino se precipita por el acantilado, entre frondosos helechos y sombríos árboles, serpenteando como un pedregoso sendero que circula próximo a la costa. Al llegar a una especie de puente construido para hacer mas accesible la unión con el promontorio, el camino se transforma en una especie de muralla artificial escalonada, que asciende cual si de una mini murlla china se tratara, hasta lo alto del roquedal, coronado por la ermita que nos atrae hipnóticamente al son de una campana que resuena a lo lejos. Esta ermita, es muy usada por los novios para celebrar sus esponsales, incluso entre las celebridades, pues hasta ese inaccesible paraje, la conocida presentadora Anne Igartiburu fue a contraer matrimonio. Tras una jadeante y sudorosa ascensión, bajo un sol castigador, ya en la cima, volvimos a disfrutar de la contemplación del vasto pero a la vez grácil océano, desde una panorámica en la que además se podía divisar lo recortado y escarpado de la costa de esa parte de Vizcaya. Posteriormente, y tras desandar nuestros pasos en un ejercicio muy propio para desengrasar articulaciones y desgrasar barrigas, nos dirigimos, bordeando en coche el selvático cabo de Matxitxaco, hasta el pueblo de Bermeo, donde lo más pintoresco se encuentra en el puerto antiguo, donde las casas colgantes y los barcos de recreo forman un conjunto de una hermosura muy características de estos puertos pesqueros. Tras regresar al restaurante y aplacar nuestra gazuza con unos nuevos pinchos, que no resultaron en absoluto caros, bajamos a la playa de Bakio, donde nos estiramos sobre la fina arena, y nos caldeamos, si no al calor del sol, que en ese momento se encontraba oculto tras oscuros nubarrones, si con la contemplación de otros cuerpos bien formados que nos hacen subir la temperatura. No pude dejar la playa, sin zambullirme y luchar a pecho partido con las bravas olas del Cantábrico. A media tarde, abandonamos la pequeña pero coqueta playa de Bakio, y nos dirigimos al mítico y legendario, al menos para los vascos, pueblo de Guernika, origen de sus fueros. Las casas, aunque nuevas tras la destrucción practicamente total despues del bombardeo del 37, tenían un cierto aire señorial tipicamente vasco, que las hacía bastante interesantes desde el punto de vista arquitectónico. Es en este pueblo donde se oye hablar más en euskera, sobre todo a los niños, que bien aleccionados en las ikastolas, han sabido empaparse de un idioma tan antiguo como confuso. Despues de pasear por las calles peatonales y tomar unas cervezas, con el corazón contento, abandonamos las tierras norteñas, para dirigirnos a nuestro dulce hogar.
En la bolsa, no se producen grandes movimientos en los últimos días, asi que no podemos realizar ninguna operación más, salvo si en los proximos días se produjera una subida de 200 o 300 puntos. De momento nos mantenemos con nuestras posiciones intactas y con un pronóstico excelente para sumar dinero a nuestra cartera, ya que hoy lunes la apertura ha sido con una ligerísima subida que ha dejado el futuro en el 10180. Las garantias que nos piden han bajado a 12.000 euros, y la volatilidad tambíen ha disminuido un poco hasta el 30%.
No hay comentarios:
Publicar un comentario