Una de las más raras habilidades que he desarrollado en los últimos tiempos es la de estimular a mi cerebro para que recree vivencias oníricas durante las horas de sueño. Casi todos los días antes de abandonarme en brazos del dios Morfeo, me concentro pensando en que durante esa noche tendré los mejores sueños y podré recordarlos con toda nitidez durante el día nada más despertar. Y efectivamente asi sucede en un porcentaje muy alto de noches. Esto supone tener una experiencia extra, gracias a la cual puedo experimentar unas vivencias que si no son idénticas a las que tenemos mientras estamos en situación de vigilia, si se pueden considerar de una viveza tal que en algunos momentos parece que estas teniendo experiencias paralelas a la vida, que en general suelen ser divertidas y bastante agradables situaciones en muchas ocasiones rayanas en el surrealismo más impactante, salvo en aquellas ocasiones en las que aparece el recurrente sueño de que próximamente tengo un montón de exámenes, que no me apetece nada estudiar, y para los que no estoy en absoluto preparado, por lo que sin duda acabaré suspendiendo y repitiendo curso. Este sueño que se repite en infinidad de ocasiones, es el único que acaba por convertirse en pesadilla, pues revive en mi interior las inquietudes e incertidumbres de los numerosos exámenes que he tenido que realizar en mi dilatada vida de estudiante. En la noche de hoy, sin embargo, he vuelto, durante unos minutos que me han parecido interminables, a revivir la experiencia que tuve hace ya 12 años, cuando entre mi hermano, su mujer y yo, creamos un comercio de venta de productos variados, entre los que se encontraba ropa ecológica, y que en mi sueño, el fracaso de aquella empresa, se transformaba en un rotundo éxito de ventas, gracias a nuestras habilidades comerciales, ya que vendíamos la ropa incluso a los diseñadores mas cotizados internacionalmente, y contabamos con asesores financieros y contables que velaban por la buena marcha del negocio. Mi alegría al hacer caja y ver las elevadas cifras de ventas, contrastaba con la cruda realidad que en su día constituyó nuestra empresa, puesto que en dos años en el mercado tuvimos que echar el cierre por las pérdidas que infringió en nuestra, por otra parte, nada boyante economía familiar. Asi es como de una experiencia negativa, gracias a las imaginativas proyecciones mentales de los sueños, se puede transformar en una grata y placentera vivencia, que al despertar hace más agradable el comienzo del día.
En la, a veces, cruel realidad de los mercados, también podemos sonreir estos días, puesto que de nuevo en el día de hoy, los niveles marcados cercanos al 10400, hace que rocemos el éxito en nuestras posiciones a poco más de un día para el vencimiento de las opciones. Como vemos, sin mucho riesgo, y con gran relajación y tranquilidad, sin estar pendientes todo el día de lo que hacen los mercados, podemos recoger unos buenos beneficios, gracias a las bondades que nos permiten los derivados, en concreto las opciones, que son mucho más agradecidas que los futuros, puesto que estos últimos exigen una mayor dedicación y por lo tanto un mayor grado de estrés, puesto que las posiciones que adoptamos pueden variar rápidamente en cuestión de minutos, y una ganancia puede convertirse en una pérdida con extremada velocidad. Es por estos motivos, que recomiendo utilizar las multiples posibilidades que nos permiten las opciones, y no tanto entrar en futuros, a pesar, de que también dispongo de sistemas de especulación en estos instrumentos que nos proporcionan ganancias importantes, con el único hándicap de que tiene una serie de pérdidas de 6000 euros, que de producirse puede provocarnos algunas dudas en cuanto a su calidad como sistema.
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