viernes, 3 de septiembre de 2010

Una familia propietaria de un valioso cuadro, ha denunciado la desaparición del mismo e interpuesto una denuncia contra una persona encargada de su venta, por negligencia. Según relatan habían dejado un cuadro del pintor Corot, valorado en un millón de euros, a un marchante que debía ser el que contactara con posibles compradores para proceder a su venta. El citado intermediario se lo llevó en propia mano, sin analizar que lo que portaba era demasiado caro como para no tomar las debidas medidas de seguridad, por que había quedado con un cliente en un hotel de la ciudad. Según testigos y las cámaras de seguridad del hotel, el tratante llegó al lugar de la cita y se reunió con el cliente, quien en un momento de la entrevista, le invitó a tomar unas copas en el bar del hotel. Debieron llegar a un alto grado de complicidad, pues estuvieron confraternizando y se supone que dilucidando los detalles del acuerdo para la compra-venta, durante un buen rato que aprovecharon para trasegar una copa tras otra, hasta que alcanzaron un grado de alcohol en aliento espirado que hasta el camarero sentía desde lejos. No sabemos si llegaron a un acuerdo o no, pero lo que las cámaras si que observan, es como en un momento dado sale del hotel con el cuadro en brazos, haciendo eses, y que tras pedir un taxi para llegar a su casa, nuevamente las cámaras de su mansión, le delatan al comprobar que ya no lleva la obra consigo. En algún lugar entre el trayecto del hotel a su casa, se produjo el extravío, desaparición, o pérdida del óleo, por lo que podemos suponer que hizo una parada en algún paraje cercano, extrajo el lienzo de su marco, hizo un rollo con él y en un momento de delirio provocado por la curda que llevaba encima, procedió a encenderlo y a fumárselo de una sentada, al grito de: ¡que sabor más intenso tiene este petardo que me acabo de hacer, y que colocón más divertido me estoy cogiendo con este "peta"¡. Este instante de placer, y la consiguiente cogorza adquirida durante el proceso, le van a costar muy caro al individuo, pues la familia propietaria del cuadro no está dispuesta a perder una inversión de más de un millón de euros. Aunque parte de responsabilidad tienen ellos, por dejar que un cuadro de tal calidad, se pasee por las calles de la ciudad sin ningún tipo de medida de seguridad, y por no proceder a la venta del cuadro a través de una casa de subastas, tipo Sotheby's, que aunque se queden con una buena cantidad de lo recaudado, tienen muchas más probabilidades de éxito en la venta, y las cantidades que consiguen por las obras de arte suelen ser estratosféricas. Un cuadro de un pintor de la categoría de Corot, (que es uno de los precursores de ese maravilloso movimiento que constituye el impresionismo, nacido con la obra "Impression: Soleil levant", o lo que es lo mismo, "amanecer", del pintor francés Monet, de la que curiosamente tengo yo una copia, perpetrada con mis propias manos, en mi casa), debe ser tratado con más respeto, todo el que merecen esos genios de la cautivadora corriente impresionista, como Manet, Renoir, y mi admirado y magistral Sorolla, el pintor de la luz y del color valenciano, que junto con el pintor de la ensoñación mágica, Dalí, constituyen mis dos artistas predilectos. Si el arte no fuera cosa de multimillonarios, en mi casa no faltarían las obras de estos extraordinarios pintores.
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En la bolsa las cosas marchan por buen camino de momento, la apertura se produce en los entornos del 10560, aún lejos de los límites de pérdidas, y el pronóstico es que no se produzcan grandes subidas en las dos semanas que quedan hasta vencimiento. Aunque en esto de los mercados financieros, los vaticinios son relativos, pues no poseemos ninguna bola de cristal que nos indique con certeza sus movimientos. Somos prudentes pero optimistas, para embolsarnos las primas que tenemos en la cuenta. La volatilidad está ahora mas baja, como corresponde a un período de subidas, en el 27%, y las garantías que nos exigen en cuenta ascienden a los 15.000 euros.

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